La bicicleta baja los humos a la ciudad
¿Las bicicletas son una alternativa real al tráfico de las ciudades? Cada vez hay más gente convencida de los beneficios de este medio de transporte sostenible. Son innumerables las ventajas para la ciudad y para los ciclistas: la duración de los trayectos, un coste mucho más bajo, una menor contaminación (acústica y ambiental), es más saludable…
Para aquellos que aún no se han decidido a usar la bicicleta, su peor enemigo son los prejuicios. No se atreven a ir en este medio de transporte puesto que lo consideran peligroso por el tráfico de su ciudad. Otra excusa es el clima, sin embargo, en países como Holanda el uso de la bicicleta es masivo en cualquier época del año.
A diferencia de lo que podamos pensar, la bicicleta es un medio de transporte rápido. Esto, sumado a los beneficios que nos aporta a nuestra salud, nos deja claro el enorme potencial de la misma en la ciudad.
Hacia ciudades sin malos humos
Poder desplazarse en bicicleta es un lujo para muchos, en determinados momentos y lugares. La ausencia de coches en las ciudades es algo que dista mucho de la realidad actual. ¿No podemos vivir sin desplazarnos con nuestro vehículo particular? Parece que no.
Lo que muchos no saben es que la bicicleta es el medio de transporte más rápido para ir de un sitio a otro. Además, no necesita combustible, ni emite contaminantes. Muy saludable para quien la utiliza y para el resto de ciudadanos que no se ven perjudicados por humos ni gases nocivos.
La bicicleta es el medio de transporte del presente, moverse con ella por nuestras ciudades es algo que ya se está empezando a poner en marcha. Si te fijas, cada vez son más los que se deciden por la bici para ir al trabajo, universidad o simplemente moverse. Con la llegada de las bicicletas eléctricas es mucho más fácil desplazarse.
Las bicicletas eléctricas nos facilitan mucho nuestro transporte, su velocidad es más adecuada para desplazarse entre los coches y el esfuerzo es mucho menor que las bicicletas tradicionales. Bien es cierto que la inversión inicial es alta, pero merece la pena hacerla. Con el paso del tiempo, invertir en una bicicleta eléctrica es invertir en un transporte de futuro, que apenas necesita mantenimiento (sólo cuidar el motor y la batería para alargar su vida) y el gasto es mínimo.
Bajar los malos humos a las ciudades está en nuestra mano. Si queremos vivir en un entorno más limpio, sin contaminación ni gases nocivos hay que cambiar. Cambiar para mejorar, cambiar para dar vida, cambiar para todos. Únete al movimiento y empieza a cambiar.